Los filtros de Instagram y la baja autoestima en las adolescentes
En la era digital de la imagen y la perfección filtrada, las redes sociales han desempeñado un papel cada vez más influyente en la forma en que las mujeres adolescentes perciben su apariencia y construyen su autoestima. En particular, el uso generalizado de los filtros de Instagram ha desencadenado un debate acerca de su impacto en la salud mental de estas jóvenes. A medida que estas herramientas de edición se vuelven más sofisticadas, surge la preocupación sobre los estándares irreales que promueven y los efectos negativos que pueden tener en su bienestar emocional.
Salud 05/06/2023 Sofía Guzmán
Instagram, es una de las plataformas de redes sociales más populares entre los jóvenes, ofrece una amplia variedad de filtros que prometen mejorar y embellecer las fotografías. Estos filtros suavizan la piel, afinan los rasgos faciales y ajustan el tono de la piel, creando una apariencia idealizada y poco realista. Si bien muchos usuarios los utilizan con fines lúdicos y creativos, para las mujeres adolescentes, estos filtros pueden convertirse en una obsesión y en una fuente de ansiedad constante donde alcanzar la imagen que les devuelve la aplicación se vuelve un martirio.
Estudios recientes han revelado una correlación preocupante entre el uso de los filtros de Instagram y la salud mental de las adolescentes. Investigadores de la Universidad de California, por ejemplo, encontraron que las jóvenes que utilizan filtros con frecuencia son más propensas a experimentar síntomas de depresión, ansiedad y baja autoestima en comparación con aquellas que los utilizan con menos frecuencia o no los utilizan en absoluto.
Estos resultados son consistentes con la teoría de la comparación social, que sugiere que las personas tienden a compararse con los demás en busca de validación y aceptación social. Al presentar una versión idealizada de sí mismas a través de los filtros, las adolescentes pueden sentirse presionadas para cumplir con los estándares inalcanzables de belleza y perfección que se promueven en las redes sociales.
Además, los filtros de Instagram también pueden distorsionar la percepción de la realidad de las jóvenes, creando una brecha entre su apariencia real y la imagen idealizada que proyectan en línea. Esto puede generar una sensación de insatisfacción constante con su propia apariencia y alimentar sentimientos de inseguridad y autocrítica.
La comparación social, donde la plataforma idealiza una vida cotidiana que solamente muestra actividades de recreación en una estética idealizada, lleva a una inevitable sensación de insatisfacción por comparación que podría afectar la autoestima de las personas y aumentar las posibilidades de sufrir depresión.
Es importante destacar que las redes sociales no son las únicas responsables de estos problemas de salud mental. Factores como la presión social, los ideales de belleza impuestos por la sociedad y la falta de educación sobre la imagen corporal positiva también desempeñan un papel importante. Sin embargo, la influencia de los filtros de Instagram en la percepción de la autoimagen no puede ser subestimada.
Ante esta problemática, es crucial fomentar una conversación abierta y educativa sobre el uso responsable de las redes sociales y los filtros. Las plataformas de redes sociales, incluyendo Instagram, también deben asumir su responsabilidad y considerar implementar medidas para promover una relación más saludable con la imagen corporal y proteger la salud.