Rusia amenaza con darle Armas Nucleares a Irán

Con un nuevo bluff estratégico, el gobierno ruso amenaza con equipar la capacidad balística de Irán con ojivas nucleares. La incorporación del país persa al escenario trae nuevos interrogantes en medio de un escalda de un nivel sin precedentes desde el comienzo de la guerra. ¿Esta nueva configuración atraerá a Israel y Arabia Saudita al conflicto?

Mundo 06/03/2023 Pablo Testori Pablo Testori

Desde los primeros reveses en las operaciones militares durante la invasión a Ucrania, el régimen de Putin desplegó una batería de amenazas, fundamentalmente sólo de trascendencia mediática sin que se comprobaran movimientos de equipamiento. Estas declaraciones de diversa índole, siempre mantuvieron la misma impronta disuasiva para los países de la OTAN. Dentro de las más relevantes podríamos señalar la docena de oportunidades que aprovechó Rusia para dar a entender de forma explícita, que de incorporarse activamente en el combate la OTAN, podría utilizar de su capacidad nuclear.  En general,  existe entre los especialistas en estrategia y geopolítica un consenso con respecto a la utilización de la capacidad armamentística nuclear de parte de las superpotencias, la cual implica que, aún en la adversidad de un mal resultado a nivel militar, las mismas no se incorporarían a un conflicto armado – esto sin tomar a consideración la importante abundancia en materia de legislación internacional que regula la materia; cuestión de segunda importancia si realmente existiera la intención de emplearlas – Esta apreciación teórica sobre una prohibición más bien implícita, se mantiene desde la formulación de la doctrina concebida por John Von Newmann, de la Destrucción mutua asegurada o MAD, según sus siglas en inglés. Esta doctrina planteaba que ante cualquier empleo del armamento nuclear garantizaba la destrucción mutua de ambos bandos y que era precisamente esta posible aniquilación total el único y más potente elemento de disuasión con respecto a su uso.

Nuestra estrategia sería utilizarlas como defensa, ya que consideramos que las armas de destrucción masiva, las armas nucleares, se han construido en torno al llamado "ataque de represalia". Cuando nos atacan, devolvemos el golpe

Declaración de Vladimir Putin del 08 de Diciembre del 2022

Dron Iraní Shahed-131/ Crédito el Confidencial

Es cierto que este esquema de imposibilidad real de empleo de parte de las superpotencias con capacidad nuclear se mantiene prácticamente en equilibrio desde la guerra fría, y que además Rusia desactivó muchos de sus dispositivos ante la imposibilidad de financiar los altos costes operativos que representan almacenarlas de manera segura; pero luego de que trascendieran públicamente las declaraciones de parte del Departamento de Estado Ruso, con respecto a la intención de que se equipasen los misiles balísticos hipersónicos iraníes con ojivas nucleares, el escenario cambia de manera sustancial.

En el transcurso del conflicto con Ucrania, el Kremlin recibió un considerable apoyo en materia logística y en equipamiento militar, testimonio de ello fue la incorporación de aeronaves no tripuladas (Drones Shahed-131) provistas por Irán. Estos drones iraníes jugaron un importante papel en la recuperación de enclaves en el Donetsk para Rusia, siendo ampliamente utilizados para atacar objetivos en tierra, principalmente teniendo como blanco tanques T-72. En este sentido no es sorpresa la colaboración militar entre ambos países, pero que se haya presentado la posibilidad de brindar un arma estratégica de esta envergadura a un régimen teocrático, en especial con uno con el rol beligerante de Irán es sin dudas es algo inesperado para la comunidad internacional

 

El rol de Israel y Arabia Saudita

 

Está claro que, en la lista de enemigos de Teherán, el Estado de Israel y el Reino de Arabia Saudita encabezan comparten el podio de prioridades. Con el primero, el país pérsico ha escrito en sangre un largo historial de enfrentamientos armados, en la mayoría de los casos de manera indirecta, donde ambos países han buscado permanentemente debilitar y desestabilizar sus gobiernos, siendo el ejemplo resiente más significativo, el ataque cibernético llevado adelante en al año 2010 por Israel hacia Irán, el cual afectó centrales nucleares y capacidades militares claves. Este ataque merece una mención especial ya que por primera vez se logró mediante medios cibernéticos afectar infraestructura física, en este caso centrifugadoras de la central nuclear de Bushehr, sospechada por el gobierno judío de enriquecer uranio con fines bélicos; el “gusano informático” responsable denominado “Stuxnet”, es considerado como la primera ciberarma de la historia

De igual manera, el conflicto de baja intensidad entre Arabia Saudita e Irán, puede ser considerado como una estrategia de aproximación indirecta, al estilo Clausewitz en el siglo XIX, donde la pugna por la hegemonía por el golfo pérsico, en particular para lograr controlar alguno de sus cuellos de botella de gran valor estratégico para el comercio mundial como son el estrecho de Ormuz y el de Bab El- Mandeb, han sido el teatro de operaciones preferido para ambas naciones.  Un claro ejemplo de esto pude ser el de la Guerra de Yemen, donde ambas potencias regionales apoyaron a bandos opuestos, en un trasfondo religioso entre árabes Sunitas (Arabia Saudita) y Chiitas (Irán).

En tal sentido, tanto para Israel como para el reino saudita, la posibilidad de que Irán alcance capacidad nucleas representa un interés de primer orden para su soberanía nacional y seguridad regional, siendo esto una preocupación de carácter excluyente en su agenda en materia de defensa. Es entonces necesario realizarse las siguientes preguntas ¿Ante estas declaraciones del gobierno de Putin, Israel y Arabia Saudita se incorporarán al escenario del conflicto?, ¿De incorporarse, se limitarán a brindar asistencia en materia logística y capacitación como la OTAN, o podrían estos incorporarse en un rol activo?

 Sin animo de presentar al estimado lector una visión alarmista, la apertura de un enfrentamiento regional circunscripto al país del Mar Negro, hacia regiones geopolíticas tan inestables como oriente medio, aun en el empleo de armas convencionales, presenta un riesgo a nivel global no visto desde la guerra fría. Es necesario seguir atentamente el desarrollo de estos acontecimientos

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