El relato ambientalista de Lula choca contra Petrobras

 E n un reciente esfuerzo por combatir la creciente deforestación y la amenaza del cambio climático en la selva amazónica, el actual presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva reveló un paquete ambicioso de planes, que para intentar cumplir algunas de las promesas de campaña que tuvieron mayor relevancia durante su campaña contra Bolsonaro. Sin embargo, la implementación de las propuestas de Lula se está encontrando con obstáculos importantes, planteando interrogantes sobre su viabilidad y efectividad, esto fundamentalmente en relación con la viabilidad de limitar la actividad económica a los gigantes industriales brasileños en plena expansión comercial del país.


 

La visión de Lula implica aumentar las inversiones para proteger la Amazonía y promover un desarrollo sostenible en la región. Su plan integral incluye la creación de nuevas áreas protegidas, iniciativas de reforestación y la promoción de una economía verde. Además, busca fortalecer la cooperación internacional para abordar la deforestación y el cambio climático. No obstante, las duras realidades en el terreno presentan desafíos significativos para la ejecución exitosa de estos planes. El principal de ellos es la creciente presión que enfrenta la Amazonía debido a la expansión de la agricultura y las actividades ganaderas — las cuales representan un componente de peso en la balanza comercial del país — así como la extracción ilegal de recursos naturales Estas actividades económicamente lucrativas obstaculizan la adopción de medidas de protección ambiental a largo plazo.

Dentro de las limitaciones que presenta el esquema político de Brasil, se encuentran los recursos presupuestarios limitados — esto luego de haberse dilapidado el superávit económico de la austera gestión de Bolsonaro — y  la corrupción, marco que que agrega obstáculos adicionales al proceso de intentar reconvertir al tejido productivo hacia uno más en sintonía con la agenda verde del socialismo internacional. La implementación efectiva de estas políticas requiere inversiones significativas tanto en términos financieros como de recursos humanos, esto no es ninguna sorpresa, sin embargo las limitaciones presupuestarias de Brasil y la corrupción han debilitado la capacidad del Estado para abordar eficazmente los desafíos ambientales.

Otro desafío importante que presenta la gestión de Lula, radica en la falta de consenso político dentro del propio Brasil, donde la grieta post Bolsonaro se continúa profundizando en las legislaturas de los Estados claves, lo que limita la capacidad de resolución del PT. La protección de la Amazonía a menudo se ve envuelta en disputas ideológicas y conflictos de intereses, donde algunos sectores de la sociedad brasileña y de la economía perciben la protección ambiental como un obstáculo para el desarrollo económico, lo que dificulta la adopción de medidas efectivas de corte ambientalista. Uno de los sectores más preocupados ante una nueva agenda de restricciones es precisamente el automotriz y el petroquímico, los cuales emplean a una importante franja del sector productivo del país, como es el caso de la empresa estatal Petrobras. Tal es el caso que la Agencia de Control Ambiental, le negó los permisos de perforación exploratoria en la cuenca del río Amazonas — la cual se estima que podría contener importante reservas de hidrocarburos, similar al del Orinoco venezolano — tras presentar según la autoridad reguladora, serias inconsistencia con los nuevos protocolos ambientales.

El proyecto presentado por Petrobras a las autoridades posee inconsistencias preocupantes para la operación segura en un área considerada una nueva frontera exploratoria de alta vulnerabilidad socioambiental

Así lo afirmó el presidente del organismo ambiental IBAMA, Rodrigo Agostinho

A nivel internacional, la cooperación también presenta desafíos. Aunque Lula busca fortalecer la colaboración internacional, existen disparidades en los intereses y prioridades entre los países. Algunas naciones pueden priorizar la explotación de los recursos naturales de la Amazonía en lugar de su preservación, lo que dificulta la construcción de alianzas sólidas, esto en especial ante las crecientes necesidades energéticas de China, uno de sus principales socios comerciales de BRICS — foro económico integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica — y el peso que posee en sus exportaciones para el aporte de divisas, la actividad petrolera en el país.

Foto de líderes durante la segunda presidencia de Lula |  BRICS 2010

En conclusión, los planes de Lula para salvar la Amazonía reflejan ambición y urgencia, pero enfrentan desafíos significativos en la realidad actual. Las presiones económicas, las limitaciones de recursos, la corrupción y la falta de consenso político tanto a nivel nacional como internacional representan obstáculos importantes para la implementación efectiva de estas propuestas. A pesar de estos obstáculos, es crucial tomar medidas urgentes para proteger la Amazonía y abordar la crisis ambiental que enfrenta.