Juan, el mono astronauta y el declive de la tecnología aeroespacial argentina

En diciembre de 1969, un evento histórico ocurrió en Argentina que capturó la atención del mundo entero. Juan, un pequeño mono oriundo de la selva misionera, se convirtió en el primer astronauta argentino al ser enviado al espacio. Este hito marcó un momento crucial en la historia aeroespacial del país, pero también dejó al descubierto los desafíos y la posterior caída de la tecnología aeroespacial argentina.

Curiosidades 08/06/2023 Andrés Neugier

La historia de Juan, el mono astronauta, es un hecho histórico para la Argentina que ocurrió en diciembre de 1969. Este mono, oriundo de la selva misionera, se convirtió en el primer astronauta argentino al ser enviado al espacio exterior. En un momento en que la exploración espacial estaba en auge después de la llegada del hombre a la Luna, Argentina logró enviar a uno de sus propios primates al espacio, marcando un hito en la historia aeroespacial del país. Juan, era un mono Caí que pesaba alrededor de un kilo y medio, el cual fue capturado por una misión especial de la Gendarmería Nacional en la selva misionera, fue el primer mono argentino en ser enviado al espacio. Su misión abrió nuevas posibilidades y perspectivas en el campo de la investigación espacial en Argentina, sin embargo, a pesar de este logro significativo, el país experimentó un declive en la industria aeroespacial en los años posteriores.


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Cohete Tauro T- 01, de la generación siguiente al Canopus II a punto de ser lanzado en la plataforma de Chamical

El lanzamiento de Juan fue posible gracias al éxito del cohete sonda Canopus II. Fue enviado en un vuelo suborbital desde el Centro de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA), ubicado en el departamento Chamical, en La Rioja, como parte del Proyecto BIO de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales. Este evento capturó la atención del público argentino y del mundo entero, ya que el mono Juan se convirtió en una figura emblemática de la exploración espacial en el país.

Este proyecto buscaba estudiar los efectos del vuelo espacial en organismos vivos, incluyendo la exposición a condiciones de microgravedad y altas velocidades y la elección de este lugar se debió a su cielo despejado, ideal para el lanzamiento de cohetes en aquel entonces, Argentina seguía de cerca los avances espaciales de potencias como Francia, Rusia y Estados Unidos, quienes ya habían enviado chimpancés al espacio. Juan fue transportado en un estado sedado, lo que permitía mantenerlo tranquilo pero alerta. Se encontraba protegido por un chaleco a prueba de agua y ubicado en un asiento especialmente diseñado para minimizar el impacto de la aceleración en su cuerpo, posicionándolo de tal manera que las fuerzas se distribuyeran de forma transversal. Si no se hubiera tomado esta precaución, la vida del primate podría haber estado en riesgo. El asiento en el que Juan estaba colocado se encontraba dentro de una cápsula denominada Amanecer, situada en la parte superior del cohete Canopus II, que ya había completado dos vuelos de prueba previamente. Además, la cápsula estaba presurizada y disponía de una reserva de oxígeno que duraría entre 15 y 20 minutos. Antes de colocar a Juan en la nave, tomaron precauciones para garantizar su seguridad y evitar daños durante el vuelo suborbital. El cohete, finalmente, se elevó a las 6:30 a.m. 


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El vuelo de Juan fue suborbital, es decir, no alcanzó la órbita terrestre, pero logró ascender a una altura de aproximadamente 90 kilómetros, rozando el límite de la atmósfera terrestre con el espacio exterior. Durante ocho minutos, el mono argentino se convirtió en el pionero de su especie en explorar el espacio

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Juan esperando mientras se ultiman detalles para el cierre de su nave | Fuerza Aérea Argentina

En la actualidad, la industria aeroespacial argentina enfrenta desafíos significativos en términos de inversión y desarrollo. Aunque en el pasado el país logró enviar a Juan, el mono astronauta, al espacio, la situación actual es diferente. La falta de inversión y recursos ha llevado a un estancamiento en la industria, lo que ha dificultado el avance y la innovación en la exploración espacial

A medida que pasaron los años, la inversión en investigación y desarrollo en el ámbito aeroespacial se redujo, y el país enfrentó dificultades para mantenerse a la vanguardia en esta área. La falta de continuidad en los programas espaciales y la falta de inversión en tecnología aeroespacial llevaron a un estancamiento y declive en este campo en Argentina. Aunque hubo algunos intentos posteriores de lanzamientos y desarrollos espaciales, la falta de recursos y apoyo gubernamental limitó significativamente el progreso de este segmento industrial. La tecnología aeroespacial argentina quedó rezagada y el país no pudo mantener su posición de liderazgo alcanzada con el lanzamiento de Juan.


El caso del mono Juan, el primer astronauta argentino, es un recordatorio de los logros y los desafíos de la tecnología aeroespacial en Argentina. Aunque el país pudo alcanzar un hito histórico con este lanzamiento, la falta de inversión y apoyo continuo resultó en un declive de la tecnología aeroespacial. Para recuperar y revitalizar este sector, es fundamental un compromiso a largo plazo, inversiones significativas y una estrategia integral que promueva la investigación y el desarrollo en el ámbito espacial. Solo así Argentina podrá recuperar su posición en el campo de la tecnología aeroespacial y aprovechar las oportunidades que este ofrece.