Construir una ficción: Operativo Clamor

La carta que juega el kirchnerismo para instalar una falsa épica de proscripción al estilo setentista. Un peronismo dividido, una ruptura final entre el Presidente y su Vice ¿Cristina busca crear un relato que justifique su baja de la pugna presidencial ante una posible paliza en las urnas?

Política Local 13/03/2023 La Redacción
Plenario de Militantes "Luche y Vuelve" - Crédito: codigobaires.com.ar/
Plenario de Militantes "Luche y Vuelve" - Crédito: codigobaires.com.ar/

La política local acostumbró a los argentinos a convivir cotidianamente con situaciones institucionales que en cualquier país democrático del hemisferio occidental serían causal de disolución del Estado. Quizás en esta anomia es que se forjó una nueva tradición fundada en la traición - al menos desde el formalismo de la fórmula electoral – del Vicepresidente hacia quien detenta la máxima magistratura. Por nombrar algunos casos contemporáneos en este sentido, se podría señalar la ruptura de Carlos "Chacho" Álvarez y su renuncia como Vicepresidente del espacio de la Alianza, lo cual condujo en gran medida a la desestabilización y caída del ex presidente De la Rúa. En una situación análoga a la anterior se podría tomar el rol central que tuvo el mendocino Julio Cobos quien, en un momento de máxima tensión entre el gobierno de Cristina Kirchner con el campo, terminó definiendo una de las votaciones más inflexivas de la democracia, desempatando en contra del infame Proyecto de Ley de Retenciones y Creación del Fondo de Redistribución Social diseñado por el actual senador Martín Lousteau y la entonces presidente CFK.  En un escenario similar, pero de extrema disociación del Frente de Todos, que responde a los Kirchner, y Alberto Fernández se alcanza una situación de enfrentamiento político dentro de un mismo espacio gobernante únicamente comparable con la competencia entre personalistas de Yrigoyen y los antipersonalistas de Leopoldo Melo y Marcelo T de Alvear de principios del siglo pasado.


Et tu, Brute?

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No le acepta ni el agua - Autor: STRINGER | Crédito: REUTERS

A partir de una guerra fría signada por desaires en actos públicos de parte de la Vicepresidente hacia su compañero de fórmula oficialista y en un contexto donde las políticas públicas llevadas adelante por el Frente de Todos parecían fracasar en todos los ámbitos es que la separación de la gestión de gobierno de Cristina Kirchner comenzó a ser más evidente. Hitos como la memorable carta abierta publicada por la Vicepresidente, la pulseada por el armado del gabinete, cuyo reordenamiento representó para Alberto una ablación de sus colaboradores más cercanos de los ministerios clave, y las ahora afrentas explícitas entre los dirigentes de primer orden de sendos bandos sólo han intensificado una línea discursiva que muchos suponían que se buscaba instalar: para el kirchnerismo este gobierno y sus fracasos son y fueron siempre responsabilidad del Presidente de la Nación. 

Si bien desde los escritorios de funcionarios de primera línea como Aníbal Fernández, Eduardo "Wado" de Pedro, Máximo Kirchner o Santiago Cafiero nos acostumbraron a declaraciones desafortunadas en un sentido u otro intensificando la grieta en la grieta, es sin duda la más categórica la de Cristina Kirchner, quien deja en claro que no desea bajo ningún concepto la presentación de Alberto Fernández como precandidato, el “cadáver político” para los armadores de la Cámpora. En contrapartida y dando batalla desde el albertismo, se plantea la posibilidad de una gran PASO entre los principales referentes del peronismo, honrando la máxima justicialista de "quien gana conduce, el que pierde acompaña", y cuyo planteo no habría tenido mucho apoyo por parte de los gobernadores. Además, esta semana se le adjudicó al Presidente un supuesto comentario que habría enfurecido a Cristina y que terminó por romper el endeble equilibrio de la gobernabilidad del ejecutivo

Vamos a una PASO, por ejemplo, con ‘Coqui’ Capitanich. Si él le gana al presidente, sale tan fortalecido que es un gran candidato para llegar a la presidencia. Si yo le gano, como ‘Coqui’ será el candidato de Cristina, seré el que terminé con 20 años de kirchnerismo y puedo ganar las elecciones. Lo mismo si les gana Scioli u otro candidato del espacio. Esa debe ser la estrategia. Es buena para ambos

Frase atribuida al Presidente Fernández 


El Relato, la eterna herramienta del Kirchnerismo

El kirchnerismo nos acostumbró a los relatos épicos construidos desde el primer gobierno de Néstor, los cuales lograron con éxito – y así lo han demostrado cuatro elecciones presidenciales ganadas - deformar  o directamente construir hechos que nunca sucedieron; un ejemplo de ello podría ser el desendeudamiento de la Argentina y el pago de la deuda externa, mantra pregonado por parte de la Cámpora y afines, a pesar de que el difunto ex Presidente canceló la deuda de interés del 4% tomando una con el régimen de Chávez al 14% en claro detrimento de la administración de los fondos públicos. De estos casos hay cientos y en la nueva batalla por la discursiva electoralista la estrategia de parte de Cristina parece ser la de instalar no sólo en los medios de comunicación pautados, sino en el imaginario del votante peronista, la ucronía de la proscripción.

nada sin cretina TN

Pintada de La Cámpora en San Telmo - créditos: tn.com.ar

Luego del revés judicial materializado en una condena fundamentada en un expediente de mil seiscientas páginas para la Vicepresidente, a la respuesta de persecución y de "Lawfare” que se venía intentando instalar durante el proceso de instrucción de los juicios que enfrentó Cristina Fernández ahora se le suma una nueva épica de proscripción. Si bien parte de la pena prevé la inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos para la condenada, la sentencia aún contempla instancias de apelación, por lo cual la ejecución de la condena no se encuentra firme y la actual Vicepresidente puede presentarse sin ninguna limitación legal al cargo que quisiera. Si bien esto es un hecho jurídico y no existe imposibilidad alguna para una eventual candidatura, la pregunta que subyace es ¿Por qué se esfuerza el kirchenerismo en instalar un escenario de proscripción cuando este claramente no existe? Una respuesta posible serían los números arrojados en las últimas encuestas que maneja el propio peronismo siendo por un amplio margen la candidata que mejor mide, pero con una imagen negativa y un techo de 20 puntos que presenta un escenario de derrota para el peronismo. Ante una eventual derrota en los comicios, el rol que ha detentado Cristina como conductora indiscutible del movimiento desde hace una década quedaría desdibujado y su estructura política de base perdería sus principales fuentes de oxigenación. 

En un escenario donde la derrota es el resultado más probable, la deslegitimación para la Vicepresidente podría considerarse el ocaso de su carrera; bajarse de la contienda electoral y distanciarse a tiempo de los efectos nocivos de su pésimo gobierno de coalición con Fernández podría ser su última carta en el juego por el poder, y la única forma de hacerlo es con la carta de víctima perseguida, apuesta que le dio a su espacio durante años el apoyo de un sector del peronismo radicalizado a la izquierda.